lunes, 15 de diciembre de 2014

HUBERT DE GIVENCHY, UN GENIO.

Tenemos el gran privilegio de tener en Madrid hasta el día 18 de enero, en el Museo Thyssen-Bornemisza la primera colección del modisto francés Hubert de Givenchy, un creador esencial del siglo XX y leyenda viva de la historia de la alta costura.
La exposición, y primera incursión del Museo en el mundo de la moda, ofrece un enfoque excepcional de las creaciones del couturier a lo largo de casi medio siglo, desde la apertura en 1952 en París de su Maison hasta su retirada profesional en 1995.
Para esta exposición se han recopilado cerca de 100 de las mejores prendas entre colecciones privadas y otros museos.

Este gran modisto nacido el 20 de febrero de 1927 en Beauvais, localidad de Picardía, famosa entre otras cosas por sus tapices.
Nació rodeado de las colecciones de su abuelo Jules Badin de muebles y otros objetos aparte de trajes antiguos y telas preciosas, como los bordados que atesoraba entre sus piezas. Dato importante que influyó en su futura vocación. Cuando sacaba buenas notas, como premio le dejaba admirar, tocar....y soñar con ellas.


 



Decidió que un día seria modisto debido a la admiración que le producía el corte impecable, la elegancia y la modernidad de las creaciones de Cristóbal Balenciaga. Tuvo la gran oportunidad de entrar a trabajar con Jacques Fath, diseñador joven y de gran talento. Más tarde conoció a Christian Dior, que estaba preparando la apertura de su propia casa y le propuso trabajar con el más adelante.
Al conocer años atrás a la diseñadora Elsa Schiaparelli y trabajar para ella en su tienda, le dio ánimos para emprender con su propia linea y abrir su propia casa de moda con esa nueva fórmula de un pret-a-porter. Y con ello rechazó la propuesta de Dior que le había hecho años atrás.

En 1952 nació la Maison Givenchy con una primera colección que llamó Separates, que fue presentada por las más bellas modelos de París. Fue todo un éxito, aunque su fórmula era demasiado nueva para la época, la prensa sólo apostaba por la alta costura, lo que le hizo cambiar de idea. 
Presentaría colecciones como los demás, y luego abriría una gran tienda con la linea Separates.






Dos figuras icónicas  le ayudaron desde el principio a crear su magnifica colección Maison Givenchy.
Ellas fueron Jackie Kennedy, y como no, Audrey Hepburn. A partir de entonces hubo muchas mujeres americanas que querían parecerse a estas excepcionales mujeres.
Vestir a la Sra. Kennedy en su viaje oficial a Francia supuso un gran éxito para la casa. La juventud, la belleza y el encanto de ella, pedían la imagen de un estilo sencillo y elegante como era ella misma.

Con su aspecto más juvenil, y con un estilo distinto tanto por su encanto como por su marcada personalidad, Audrey Hepburn hizo también  mucho  por el éxito de la firma. Durante años le pidio que la vistiera para sus películas como, ``Desayuno con diamantes´´, ``Sabrina´´ y ``Una cara con angel´´. Con lo que se creó una gran amistad entre ellos.



Además de esto también podíamos encontrar los espectaculares trajes de novia y las creaciones para la noche, donde el negro, su obseso color, destaca por encima del resto de tonos. Y es que fue Givenchy quien consiguió por primera vez una maestría inigualable en el trabajo impecable del color negro, que culminó popularizando el famoso little black dress, una pieza de indumentaria que se convirtió desde entonces en indispensable en el armario de toda mujer. 






Como gran coleccionista de arte, Givenchy reconoció  en numerosas ocasiones la influencia de la pintura en su trabajo. Ejemplo de ello en el hecho de que sus creaciones unen la elegancia clásica de la alta costura con el espíritu  innovador del arte de la vanguardia. Este aspecto, no siempre fácil de reflejar, sale a la luz en la exposición a través de los diálogos que sus vestidos establecen con una selección de obras escogidas de artistas como Francisco de Zurbarán o Joan Miró entre otros muchos.



                    
Hay que reconocer que Givenchy es un genio de la confección, con gustos refinados tanto en moda como en arte. Un amante de lo que verdaderamente le apasiona demostrándolo en cada diseño único para cada mujer que lo iba a lucir, haciéndola sentir como verdaderamente era. Un verdadero modisto como modelo a seguir en el camino de la moda, el diseño y el patronaje. 



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